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Entender el cómic. El arte invisible

McCloud, Scott

Editorial: Astiberri
Any: 2007
ISBN: 978-84-96815-12-4

En el primer capítulo del ya clásico estudio El cómic y el arte secuencial, Will Eisner (1990) reflexiona sobre los problemas y prejuicios que acompañan a la recepción del cómic y asegura que, como otros lenguajes, las historias narradas en viñetas merecen una seria consideración por parte del público en general, pero sobre todo del profesional (de los críticos). Algo que, años después, continuaba reivindicando Scott McCloud en su introducción a Entender el cómic. El arte invisible. No es casualidad que dos de los estudios más importantes del noveno arte partan de la premisa y la voluntad de mostrar cómo las particularidades del cómic lo convierten en un lenguaje complejo que funde la percepción estética (a partir de las singularidades del dibujo: perspectiva, simetría, trazo, etc.) y la recreación intelectual (dada por las características del lenguaje literario), apelando a un tipo de lectura que va más allá de la descodificación lineal de palabras. Y es que la lectura de cómics ha sido desdeñada durante años por considerarse una lectura infantil, fácil y superflua. Una concepción simplista que ha ido cambiando poco a poco con los años, pero que todavía hoy los deja fuera de la mayor parte de aulas y de bibliotecas escolares. Y si el libro del que vamos a hablar no nace con la vocación didáctica de mostrar posibles formas de introducir las viñetas en las escuelas, su lectura da muchas pistas sobre las características propias del cómic, pero también sobre aspectos literarios que, para un lector en formación, pueden resultar más comprensibles si se trabajan desde este formato.

El título Entender el cómic. El arte invisible parece un homenaje al título del ensayo ya citado de Eisner. De hecho, McCloud parte de la definición básica del maestro americano para tratar de ir un poco más allá: centrando la definición más que en la secuencia de imágenes en sí, en la forma invisible que éstas tienen de relacionarse, a través de todo aquello que no se narra, a través de todo lo que queda en los espacios entre viñetas o calles. Por eso uno de los conceptos clave del libro es la clausura, un fenómeno psicológico que, tras ver tan sólo una parte de un objeto, de un contexto o de una acción, nos permite percibir el todo, o por lo menos imaginarlo. Según McCloud, esta capacidad de sugerir, esta capacidad de elaborar transiciones entre viñetas, es una de las bases del arte de tramar cómics y también de leerlos. Un arte que tiene mucho que ver con la capacidad de anticipación y de hacer inferencias, tan importante en el proceso de aprendizaje de un lector en formación.
Pero vayamos por partes. Quizás lo más original de esta obra (publicada por primera vez en 1993, aunque no llegó a España hasta el 2005) es la forma que McCloud utiliza para exponer sus ideas. Y es que, aunque en la actualidad haya bastantes libros de este tipo, él fue el primero que utilizó el propio lenguaje del cómic para reflexionar y escribir sobre él. Entender el cómic es pues un cómic book sobre cómic. Todo lo que se nos explica aparece en forma de viñetas. El libro puede verse como una historieta sobre el arte de contar historias. El lector comprende, de este modo, de forma muy sencilla y siempre a través de ejemplos concretos, el funcionamiento de diferentes elementos que caracterizan el lenguaje del cómic. Su lectura nos ayuda a entender casi de forma intuitiva cuestiones como: a) los diferentes modos de plasmar el tiempo entre viñetas o en el interior de éstas, b) las formas de representar el avance de la acción a través de las múltiples transiciones (momento a momento, acción a acción, tema a tema, escena a escena, aspecto a aspecto o non sequitur), c) los modos de componer las imágenes a través de los diversos grados de iconicidad, o d) las formas de expresar el invisible mundo de los sentidos, tanto en el interior de las viñetas como entre ellas; entre muchos otros aspectos.
Pero no sólo eso. Además de una obra descriptiva, el gran conocimiento de la historia del cómic de McCloud y de su relación con la historia del arte y de la literatura convierten el libro en un compendio de historia del cómic. A través de los diferentes capítulos, el autor elabora hipótesis sobre las posibles relaciones del cómic con otro tipo de lenguajes, nos presenta a algunos de los maestros del formato, utiliza viñetas de otros autores para ejemplificar ciertas decisiones o analiza algunas de las formas de hacer del cómic occidental en comparación con las formas de hacer del cómic oriental (sobre todo el japonés). Por sus páginas desfilan todo tipo de personajes y obras: desde manuscritos ilustrados precolombinos hasta las primeras viñetas del padre del cómic moderno Rodolphe Töpffer, pasando por cuadros de Magritte, Picasso, Munch o Kandinsky, o por viñetas y personajes de Hergé, Goscini y Uderzo, Eisner, Kirby, Mattioli, Art Spielgman, Osamu Tezuka, Shotard Ishimori o Rory Hayes, entre muchos otros. Teorías sobre la percepción comparten espacio con conceptos literarios o estéticos, y lo hacen de forma sencilla y sólo cuando el análisis lo requiere. Entender el cómic se convierte así en un trampolín, una puerta de entrada, de fácil acceso, hacia el mundo del cómic. Y también en una invitación para los neófitos a leer muchas de las obras que usa para explicar el funcionamiento de ese arte invisible que tanto nos puede enseñar como lectores.
Como ya dijo Will Eisner “¡Bravo!… Entender el cómic es un hito en su género y una profunda reflexión acerca de la validez del cómic como medio. Quienquiera que esté interesado en esta forma literaria debe leerlo”.