Del 25 al 28 de marzo se celebrará la 50º edición de la Bologna Children’s Book Fair (la Feria del Libro Infantil y Juvenil de Bolonia) y este aniversario no debe pasar desapercibido. Sus 20 mil metros cuadrados cubiertos de 1200 stands y espacios expositivos de editoriales y asociaciones provenientes de hasta 66 países diferentes convocan a editores, autores, ilustradores, libreros, bibliotecarios y en general a quienes deseen conocer las novedades de la producción de la LIJ o darse a conocer en este mundo. En este aniversario tan especial los organizadores han previsto la concesión del premio BOP (Bologna Prize para el Mejor Editor Infantil del año), la segunda edición del premio The Children’s Museum Award y del Bolognaragazzi Digital Award, esta vez con dos categorías: Ficción y No-Ficción; además de sus ya paradas y actividades de rigor como la exposiciones de ilustradores del mundo, la exposición en torno a Suecia, país Invitado de Honor en esta edición, la selección de los White Ravens organizados por la International Jugendbibliothek o la selección de la lista de honor IBBY de todos los países miembros de la red. No faltarán, además, los emocionante anuncios de quienes serán los ganadores del Premio The Astrid Lindgren Memorial Award y El Hans Christian Andersen.
Para festejar en GRETEL el aniversario de este evento tan relevante para el campo de la LIJ quisiéramos reseñar un libro que se inserta entre los logros de la Feria. Ya recomendamos en el mes de enero La trilogia del limite de Suzy Lee que fue presentada en la Feria el año pasado y, este mes, os ofrecemos otra de las novedades de la anterior edición: Ad occhi aperti: leggere l’albo illustrato de la Associazione Culturale Hamelin. Esta obra podría considerarse una especie de vademécum, inexistente hasta el momento en Italia, que conduce al lector al mismo corazón del trabajo editorial de los álbumes ilustrados a través de un recorrido que explora los álbumes más significativos desde la segunda mitad de los noventa hasta hoy día.
Fundada en Bolonia en 1996, Hamelin es una asociación cultural que relaciona la promoción cultural con la vocación pedagógica, trabajando con niños y adolescentes en particular a través de la literatura, el cómic, la ilustración y el cine. Además de organizar cursos, talleres, conferencias, proyectos didácticos y exposiciones publica una revista homónima de carácter cuatrimestral, considerada una de las más interesantes de Italia sobre lectura y literatura infantil y juvenil.
Ad occhi aperti: leggere l’albo illustrato se plantea como una herramienta crítica destinada a padres y madres, docentes, bibliotecarios, etc. con el objetivo de guiar la lectura de los álbumes ilustrados. Para ello, se analizan los elementos clave del lenguaje de los álbumes ilustrados, se consideran los posibles valores pedagógicos y se presenta una serie de propuestas desde diferentes trayectorias temáticas.
Esta obra se divide en 11 capítulos acompañados de un gran número de ilustraciones a color. Los capítulos de Andrea Rauch y de Martino Negri giran en torno a la historia y concepción del álbum ilustrado; mientras que en el capítulo de Ilaria Tontardini se definen algunos de los elementos o mecanismos fundamentales del funcionamiento de los álbumes.
Por un lado, Emilio Varrà reflexiona sobre la relación entre la temporalidad y el álbum ilustrado explorando la variedad de resonancias emotivas que el álbum es capaz de suscitar en relación al tiempo. Pues, como bien dice el autor de este capítulo, existe un tiempo que surge de la organización de la narración, un tiempo concreto del acto de lectura, pero también una percepción del tiempo, que no es mesurable pues tiene más relación con la atmosfera que se crea a lo largo de la lectura y las expectativas que genera en el lector. Siendo así, propone una posible clasificación teniendo en cuenta tanto el tiempo del libro como el del lector.
Por otro, Giulia Mirandola, a través de dos capítulos diferentes, presenta los álbumes sin palabras defendiendo su valor narrativo y definiendo el silencio como una realidad plural y los libros “para colorear” que dan el poder y la sensación de poder al niño que sostiene un lápiz él solo y dibuja, colorea y escribe; mientras que Loredana Farina pone a nuestro alcance el concepto de “libros-juego” desde el punto de vista editorial.
Así mismo, Giordana Piccinini afronta el tema de los valores pedagógicos a través de la lectura detallada de algunos álbumes destacables por la fuerza con la que demuestran una plena consciencia pedagógica y una absoluta madurez artística.
Nicoletta Gramantieri indaga algunos de los aspectos de la compleja relación existente entre texto y lector debido a la multiplicidad de significados y de las necesidades que pueden emerger, proliferar y encontrar respuesta en ella. Por ejemplo, el trabajo de cooperación con el texto que el lector debe hacer cuando se acerca a los álbumes y algunas de las competencias que se desarrollan gracias a este trabajo o la consideración de que la trama es tan sólo uno de los muchos elementos que hay que tener en cuenta a la hora de valorar y seleccionar un álbum.
A su vez, Roberta Colombo concluye este libro con dos capítulos sobre la naturaleza y los espacios. En el primero analiza los aspectos que unen la naturaleza con los álbumes ilustrados como el ritmo y el tiempo, la observación del mundo real, el juego de los puntos de vista o lo visible e invisible; y en el segundo, hace un recorrido a través de los espacios internos como espacios emotivos y externos.
Por último, el hecho de que Ad occhi aperti: leggere l’albo illustrato se hubiera acabado de imprimir el 14 de marzo de 2012, tan sólo 5 días antes de la Feria del Libro Infantil y Juvenil de Bolonia del año pasado, nos recuerda que el hecho de asistir a la Feria es una oportunidad inigualable para conocer las novedades del mercado editorial de la Literatura Infantil y Juvenil, así como la publicación de estudios y ensayos fuera de nuestro país.