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Teenagers and Reading. Literacy Heritages, Cultural Contexts and Contemporary Reading Practices

Manuel, Jacqueline; Brindley, Su

Editorial: Kent Town: Wakefield Press; Kensignton Gardens: Australian Association for the Teaching of English
Any: 2012
ISBN: 9781743050972

Desde el principio de la década de los noventa del siglo pasado los estudios sobre las prácticas lectoras de la población se fueron especializando en la etapa adolescente como una manera de centrar la atención en las edades en que los ciudadanos están en pleno proceso formativo básico. Por ello, han ido apareciendo monografías de referencia en diferentes lugares sobre la lectura y los jóvenes que reflejan los contenidos que preocupan tanto a la comunidad investigadora como a la docente. La mayoría de estos estudios ponen la atención en dos focos: en el análisis de las prácticas lectoras de los jóvenes y en las implicaciones que esto tiene para las prácticas de aula.

 

En esta línea se sitúan algunos trabajos de referencia que conocemos provenientes de Francia, de Inglaterra, de Bélgica, de Quebec o de aquí, de Cataluña, por citar de contextos muy diferentes. Et pourtant ils lisent…, de Baudelot, Chartier y Detrez, de 1999; Children ‘s reading choices, de Hall y Coles, también de 1999; Lire ou ne pas lire: etat de la question, de Baye y Vanhulle, de 2003; Les pratiques de lecture des adolescents québécois, de Lebrun, de 2004, o bien L’univers lector adolescent, de Manresa, publicado en nuestro país en 2013, son ejemplos representativos.

 

El libro que reseñamos es uno de los últimos aparecidos en el mercado que sigue estos precedentes y se sitúa en el contexto australiano. La diversidad de perfiles profesionales de los autores compone una monografía que no se centra sólo en un estudio en concreto sino que ofrece una variedad de puntos de vista y de contenidos que la hacen especialmente interesante.

 

Se dedican cuatro capítulos a la caracterización de las prácticas lectoras de los jóvenes en los que se ofrece un repaso de los resultados más relevantes de los estudios internacionales anglosajones de referencia, como se suele hacer en este tipo de publicaciones. Estos datos van bien para hacer un contraste con las que tenemos en nuestro contexto y para percibir algunas diferencias que llevan hacia reflexiones pertinentes.

 

El resto de los capítulos aportan una variedad temática notable, algunos de los cuales son bastante innovadores en el panorama de lo que conocemos, y la mayoría parten de una clara intencionalidad de aportar reflexiones y estrategias para las prácticas de aula. Un ejemplo de ello es el capítulo centrado en un género muy poco tenido en cuenta en los cánones académicos, «Reading real life writting», que hace un análisis de uno de los géneros populares entre los jóvenes, la narrativa que se sitúa en la frontera entre la ficción y los hechos reales, a la que ellos se refieren como misery literature. Otro ejemplo es el capítulo dedicado a los blogs literarios de los jóvenes, que centra la atención en la creación de identidades y en el tipo de lenguaje utilizado en estos espacios virtuales, al tiempo que apunta reflexiones hacia la utilización de los blogs en las aulas. En este abanico hay que nombrar también el apartado dedicado al cine o el que se dedica a la dramatización como estrategia para tratar textos complejos en las aulas. También, el que analiza las listas de textos prescriptivas en Australia o el que reflexiona sobre el establecimiento de puentes entre la lectura fuera y dentro de las aulas.

 

Cierran el libro tres capítulos dedicados íntegramente a ofrecer estrategias de aula a partir de lo que se sabe sobre las prácticas lectoras de los jóvenes. El primero de ellos concreta ocho factores de influencia en la lectura de los jóvenes; el segundo expone cuatro puntos para crear espacios de lectura en Secundaria; y el tercero concreta líneas programáticas prácticas para aficionar a los jóvenes a la lectura. Los tres lo hacen desde el planteamiento de líneas de fuerza que parecen rentables para la intervención en la planificación lectora y no con la propuesta de fórmulas cerradas.

 

Un trabajo interesante tanto por el contraste que se puede establecer entre los datos de otros países y los nuestros como por los contenidos y propuestas que se hacen. Si bien los diferentes capítulos presentan desigualdades de concreción y de fundamentación (algunos parten de investigaciones y otros son reflexiones más generales), seguir estas publicaciones ofrece una información útil sobre las preocupaciones que centran los debates internacionales y también sobre propuestas concretas para la planificación de la lectura en el contexto educativo.