The Very Itchy Bear es una adaptación digital de un libro en papel del mismo título (Scholastic, 2010). Mientras que en el papel el lector encuentra una sencilla historia sobre las desavenencias de un oso y una pulga, con texto breve y expresivas ilustraciones, la experiencia de la versión electrónica ofrece nuevas capas de significado que potencian los aspectos literarios del relato.
La diferencia cualitativa que presenta la versión digital puede deberse tanto al acertado diseño de la capa de interactividad como a la oportuna secuenciación que oscila entre el ocultamiento y la revelación de imágenes, sonidos y movimientos.
La presentación al comienzo de la historia de la relación entre ambos personajes, en el momento en el que Oso surge de la parte inferior de la pantalla dando un brinco a causa de la picadura de Pulga, muestra de manera sencilla y atractiva, a través del humor, el conflicto principal de la historia: la enemistad natural, y aparentemente inevitable, entre ambos animales.
En las primeras pantallas, la imagen de Pulga nunca se presenta ante el lector a no ser que este active, siguiendo la sugerencia metaficcional del texto, la flecha que la señala. Si el lector pulsa dicha flecha, supera la perspectiva visual limitada del oso (quien no ve a la pulga, sólo la siente), y se pone al nivel del insecto, convirtiéndose así en repentino cómplice de sus “travesuras”. La obra, aparentemente sencilla, muestra una complejidad muy enmarcada y puntual, pero clave a la hora de disfrutar de la lectura y de interpretar la historia.
Además de despertar posibles reflexiones sobre el artificio de la obra literaria, la construcción de diferentes relaciones de empatía del lector con los personajes es un elemento central enThe Very Itchy Bear, y gran parte de ella se construye a partir de propuestas de interacción.
Las visitas del lector a Pulga le ofrecen una perspectiva más rica que la de Oso (la que el lector obtiene por defecto). Esta visión nivelada con el antagonista va creando una relación empática que será necesaria en el momento del clímax de la historia. Cuando Oso logra hacerse con Pulga en su zarpa, necesita la contribución del lector para tirarla por los aires. Acto seguido, en el momento decisivo en que Pulga está en el mar a punto de ser devorada por un ave rapaz, el texto menciona cómo Oso va “rápidamente” a su rescate, mientras que en la imagen el oso se mueve muy lentamente. Será el lector, cuya simpatía se ha estado trabajando Pulga durante las pantallas anteriores, quien logre, pulsando la imagen de Oso, que este nade realmente deprisa hasta donde el pequeño personaje podrá ser rescatado.
Es así como la historia de Oso y Pulga se muestra como una oportunidad para primeros lectores de asistir a experiencias literarias con pequeñas complejidades e intervenciones narrativamente significativas a partir de una mecánica sencilla, intuitiva y accesible de acuerdo a sus competencias.