Cuidado con la rana retrata la relación entre una querida e inofensiva abuelita con su poderosa y envalentonada mascota, una rana. La abuelita vive en medio de un bosque que es oscuro como la boca de un lobo sin nadie o nada que la proteja de los extraños y monstruosos seres que lo habitan salvo por su rana. Uno a uno, ésta los va engullendo. La abuelita le da un beso en agradecimiento y, al hacerlo, se convierte ella misma en rana. La rana entusiasmada declara su amor y cree que la transformación es favorable pero, la abuelita no está de acuerdo y, ante la idea de pasarse la vida besando a su pegajoso benefactor, se lo zampa de un solo bocado. En libro juegan con varios elementos de los cuentos populares de animales: por un lado, la historia gira en torno a la supervivencia (aunque la cadena alimenticia no es nada tradicional y se socave aquella idea de la superviviente del mejor ejemplar) y por otro, se construye a partir de una tradicional estructura encadenamientos y repeticiones donde los personajes van desfilando para superar una prueba. Además, el texto juega con las formas del folclore al incluir rimas para identificar cada personaje. En contraposición a estos aspectos tradicionales se yergue no sólo el final sorprendente sino la estridencia pop de las imágenes que son tan escandalosas como la misma historia.

Brenda Bellorín