Flix empieza con una jugada genética que deja bien sorprendidos a los gatos Teo y Flora cuando nace el hijo que esperaban y resulta ser un perro. Pero lo tratan con el mismo amor paternal, le dan un padrino perro y lo llevan a la escuela de los perros, al otro lado del río. Flix cuenta la vida de este perrito que vive entre dos mundos diferentes y sale bastante bien de ello, estableciendo complicidades y sinergias positivas entre ambos mundos. La sorpresa final, cuando Flix tiene su propio hijo, afirma la continuidad de las interrelaciones que erosionan las divisiones establecidas.

Hace décadas que la literatura para niños trata de educar en la aceptación del diferente y en la interrelación entre culturas. Muchas veces, lamentablemente, con el didactismo de unas historias planas que chorrean ingenuidad y buenas intenciones. No es el caso de Flix, un libro que combina el humor maligno y la multitud de detalles escondidos de Tomi Ungerer con el afecto sensato de los personajes, la acción social y un espíritu positivo de clara apuesta moral. Una historia vivificante, divertida y nada edulcorada, ilustrada a la altura gráfica a la que nos tiene acostumbrados el autor de álbumes tan indiscutibles como Los tres bandidos, Crictor o los recientemente publicados en castellano: Otto. Autobiografía de un osito de peluche (en Ediciones B), Hombre Luna (en Libros del zorro rojo) y El hombre Niebla (en Lóguez), títulos que aprovechamos para recomendar también con entusiasmo, al tiempo que lo hacemos con Flix editado por la buena factura de la editorial Ekaré.

Tomi Ungerer sufrió la invasión nazi en su Alsacia natal (y trata directamente el tema de la guerra mundial y los campos de exterminio en Otto) y vivió muchos años en Estados Unidos, Canadá e Irlanda (país al que rinde homenaje con El hombre Niebla). Quizá por las circunstancias bélicas de su niñez y su vida itinerante hasta que volvió a establecerse en Estrasburgo, las obras de Ungerer, premio Andersen de libros para niños, tratan a menudo sobre la intolerancia, la supervivencia de los buenos sentimientos y actitudes ante las dificultades, el pacifismo o el maltrato a los animales. Y lo hace siempre de forma divertida y original. Si se desea un libro destacable sobre la buena convivencia entre los diferentes, este es un título excelente para nuestra biblioteca. Y si desea simplemente una buena historia, espléndidamente ilustrada que haga reír y disfrutar largamente de sus detalles, también se acertará.

Teresa Colomer