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Jomshuk. Niño y dios maíz

Córdova, Adolfo

Il·lustracions:

Mijangos, Amanda; Fonseca, Armando

Editorial: México: Ediciones Castillo
Any: 2019
ISBN: 978 607 540 390 8
Edat: (10-12)

A menudo, los autores que escriben “poesía para niños” hunden sus manos en la tradición oral y en el folklore de los pueblos, buscando allí el material (formas poéticas, ritmos, sonoridades…) con el que elaborar sus creaciones. Se trata, pues, de crear una belleza nueva con ingredientes antiguos. En Latinoamérica, desde donde nos llega este Jomshuk: Niño y dios maíz, ese gesto tiene una larga tradición que enraíza en autores como Nicolás Guillén, Gabriela Mistral o Aquiles Nazoa. Adolfo Córdova, un escritor muy dado a trabajar con la reelaboración de literaturas anteriores, hace suyo ese desafío para ofrecernos su versión del mito del dios maíz, recogido en la comunidad popoluca de Piedra Labrada, en México. Y lo hace mediante un extenso poema narrativo en el que nos cuenta las andanzas de Jomshuk, el dios o santo del maíz, desde su nacimiento en la tupida selva mesoamericana hasta el momento en que “dejó su cuerpo/ en la mazorca/ y vertió su espíritu/ en el viento”.

El viaje entre un punto y otro se construye con once capítulos de versos breves que se deslizan veloces entre las páginas; lo mismo hace Jomshuk cuando corre entre los ríos y las plantas que, como en todo buen relato mitológico, parecen nacer frente a nosotros durante la lectura. Se construye, también, con un logrado equilibrio entre las estructuras y sonoridades propias de la oralidad y las imágenes poéticas aportadas por Córdova en su escritura: “Dicen que de la selva/ nace todo lo que anda/ y lo que parpadea,/ que cada semilla/ y cada trino/ guarda un secreto”. Las ilustraciones, autoría de los mexicanos Amanda Mijangos y Armando Fonseca, no solo acompañan el viaje, sino que también ayudan a crearlo. Por una parte, anclando sutilmente la experiencia de lectura en el imaginario visual prehispánico; por otra, expandiendo la carga simbólica del poema con imágenes que, lejos de la representación literal, exploran la creación de ambientes que son a la vez físicos y poéticos.

Belleza nueva con ingredientes antiguos, Jomshuk es una buena oportunidad para ensanchar el tipo de relatos que acostumbramos a dejar en las manos de nuestros niños.

Felipe Munita