Es grato encontrarse con obras como Juego de pistas en Volubilis. En este libro ilustrado también hay una niña que descubre un jardín secreto de su propia casa. Sin embargo, lejos de transportar al lector hasta tópicos ingleses o franceses de niños correteando en un escenario idílico, Max Ducos propone un recorrido por una casa que bien podría ser la Casa de Burdeos de Rem Koolhaas o alguna otra de las casas hito de la arquitectura de vanguardia del siglo XX. La niña, siguiendo diez pistas, recorre su casa con ojos atentos como nunca lo había hecho hasta hallar la última pista que la lleva a un retirado jardín secreto. Seguir las pistas en esta especie de visita guiada estelar a una casa excepcional resulta una experiencia retadora para el lector al invitarle a conquistar el espacio desde la deducción y el placer estético, pues las imágenes de esta casa desolada están llenas de mobiliario de diseño y obras de arte moderno que constituyen en sí otro juego de pistas para descubrir o reconocer. En ese sentido, el libro, aunque destinado a jóvenes lectores, fácilmente puede ser disfrutado también por adultos.

Brenda Bellorín