Mujercitas ha sido el buildungsroman por excelencia para chicas desde que Alcott la publicara en 1868 y ha servido de base para muchas versiones, películas, adaptaciones para teatro, animaciones, e incluso para novelas para adultos como March de Geraldine Brooks. Algunos cuestionan si esta novela que celebra el juego, las labores y artes femeninas sigue teniendo algún tipo de interés. La obra se sostiene, como el gran clásico que es, pero otra forma de acceder a su legado puede ser leyendo una de sus actualizaciones: Las hermanas Penderwich. Esta primera novela de Jeanne Birdsall relata la estancia de cuatro hermanas con mucha personalidad (Rosalind, Skye, Jane y Risitas) con su padre botánico viudo y su perro en una casa de campo durante el verano donde conocen a Jeffrey, un vecino que claramente es una reinterpretación del personaje de Laurie, y a su huraña madre. Además de las obvias alusiones a Alcott, también se nutre de Hodgson Burnett en la medida de que el jardín funciona como espacio simbólico en el que poder regenerador de la naturaleza, como fuerza femenina, ayuda a las hermanas Penderwich y a su amigo a crecer. La novela se mueve con gran acierto entre las escentricidades de la familia (por ejemplo que al padre le encante hablar en latín) y la cotidianidad plácida de los días de verano. Fácil de leer, capaz de hacer reír y llorar a grandes y jóvenes, se merece haber sido ganadora del National Book Award del 2006 en EEUU.

Brenda Bellorín