El autobús explica el viaje que hace Clara, desde que es acompañada por su madre a la parada hasta que la recoge su abuela en el otro extremo. Es la primera vez que viaja sola, con su chaqueta roja y su cesta con la merienda. Y tiene los ojos bien abiertos, como deberán tenerlos los pequeños lectores para encantarse con todo lo que va pasando durante el trayecto. Un álbum alargado como un autobús que aprovecha la doble página para mostrar un vagón bien largo, hecho de blancos y tonos neutros donde resaltan las figuras en fila de los viajeros, más o menos numerosos según el momento del itinerario. Y unos viajeros humanos o animales que se adormecen, juegan juntos, hacen calceta e incluso descubren un intento de robo o se quedan a oscuras al pasar por un túnel, justo cuando acaba de subir una familia de lobos. Una aventura confortable, llena de detalles, de anticipaciones y desenlaces, de múltiples pequeños cambios ocurridos entre página y página que pueden recorrerse como el viaje hecho por cada uno de los personajes, Una aventura siempre interesante y divertida desde la perspectiva entusiasta de Clara que tiene “tantas cosas” por explicar al llegar. Un libro para ser mirado y remirado, preparado para poner de relevancia la cantidad de posibilidades estimulantes que tiene una situación tan cotidiana como esta, si el mundo se contempla desde la curiosidad confiada de una niña. Un libro optimista y bien pensado que llega con la vocación de instalarse durante mucho tiempo en las estanterías de los pequeños.

Teresa Colomer