Les meduses presumides es una narración de excelente factura y del todo ajustada a lo que esperamos para primeros lectores que ya pueden dar el paso a una narración larga y seguida. Y también lo es, por supuesto, para que los padres y maestros se la lean con gran placer. Nos cuenta la afortunada relación entre una niña de siete años, Marta, y su abuelo en los repetidos veranos en la playa. La historia de las medusas que el abuelo explica a la niña servirá para que Marta entienda a su manera la situación del abuelo que se ha puesto en peligro al nadar mar adentro, haga de tripas corazón y se invente un plan para salvarlo.

La historia se desliza entre la interpretación realista de lo que ha pasado y la actuación de la niña en el plano fantástico de manera perfectamente construida: la situación realista inicial, el cuento del abuelo, el conflicto de su desaparición, la interpretación de Marta a la luz del cuento compartido, todo el desarrollo de su aventura como cuento tradicional fantástico -con ayudantes, prueba, etc.- y el final superpuesto de la salvación realista y la fantástica como un secreto entre abuelo y nieta. Si este es un primer mérito de la obra, otro es el lenguaje con el que se cuenta: una lengua coloquial, rica y nada rígida que mezcla narración, estado de conciencia de la protagonista y descripción de forma brillante. La calidez en la relación de los personajes también encuentra el tono, tierna sin ramplonería entre abuelo y nieta, y con el punto justo de niña, tan infantil como valiente, que crea un personaje verosímil con quien identificarse confiadamente. Así, por ejemplo, Marta escucha las cosas terribles que hacen las medusas con un punto de temor infantil “no ens pot passar mai a nosaltres de veritat, oi avi?” en el que oímos un eco del Pequeño Tigre de Janosch o reacciona con toda naturalidad, ”aix, quina angúnia” cuando la rodean las ventosas pegajosas de los pulpos; pero que también es capaz de armarse de coraje para llevar a cabo su plan, crecer para nadar a través de un túnel apto sólo «a partir dels dotze anys», encontrar un divertido tono amable para hacer tratos con las medusas y pagar el precio del salvamento: cortarse su melena, como una prenda que evoca La Sirenita de Andersen incorporando ecos intertextuales que dan densidad literaria a la historia sin estridencias explícitas.

Una buena narración en la edición discreta de la colección del Barco de Vapor que vale la pena no dejar pasar!

Teresa Colomer