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Los chicos del ferrocarril

Nesbit, Edith

Il·lustracions:

Sempé

Traductors:

Cristina Sánchez-Andrade

Editorial: Madrid: Siruela
Any: 2015
ISBN: 978-84-16280-47-6
Edat: (10-12)

Los chicos del ferrocarril es una obra escrita en 1906 y una de las narraciones más conocidas en el Reino Unido, donde ha sido adaptada a la radio, el teatro, el cine, el musical e incluso a las series televisivas. Su autora es Edith Nesbit (1858-1924), una escritora muy transgresora en el contexto victoriano en que le tocó vivir y que al tiempo que deseaba ser reconocida como poeta y escritora en el mundo literario de la época -ocultando su nombre tras un misterioso «E. Nesbit», se convirtió casi sin darse cuenta en una de las autoras indiscutibles del inicio de la literatura para niños.
A diferencia de otras obras suyas, en Los chicos del ferrocarril no hay elementos mágicos. Un respetable padre de familia con tres hijos es injustamente encarcelado, de manera que la madre y los hijos se ven obligados a trasladarse a una destartalada casa de un pueblecito perdido para poder sobrevivir económicamente. La madre vive enclaustrada en su habitación escribiendo cuentos para ganar dinero y los tren niños deambulan por el campo y el pueblo en una especie de tiempo muerto, en una espera de no se sabe qué, ya que ellos incluso ignoran la causa de su situación (un detalle ciertamente detonante para la mentalidad occidental actual). Toda la actividad gira en torno a la vía del tren, de la estación y de los ferrocarriles que pasan y que recuerdan el mundo que existe fuera de este espacio de ningún lugar donde se vive una infancia extrañamente libre y feliz. Se trata de aventuras cotidianas de un mundo remoto en el tiempo, con sentimientos y conductas tan empapados de literatura del XIX que el lector se puede preguntar qué es lo que le mantiene atado a este vagabundeo alrededor del tren, qué es lo que hace cercanos y vívidos a estos niños, tan modélicos como extrañamente verosímiles.
En esta historia se puede ver de forma diáfana la continuidad de la tradición anglosajona, desde Alcott y Mujercitas, Travers y su Mary Poppins, o Lewis y las Crónicas de Narnia, hasta el más cercano mundo de Harry Potter de Rowling. El libro cuenta con un prólogo de la traductora que añade información y un análisis muy asequible del libro. Por supuesto que los lectores infantiles se lo saltarán; y podrán entonces vivir sumergidos en esta historia tan bien relatada, en esta suspensión del tiempo que conecta directamente con su percepción del mundo mientras les ofrece, al mismo tiempo, el aroma de las viejas y grandes historias.

Teresa Colomer