Una de las ideas que viene cobrando fuerza entre críticos y especialistas del mundo de la literatura infantil y juvenil es que buena parte de la mejor producción reciente de libros para niños está en el corpus de libros informativos. Y la verdad es que, cuando tenemos en las manos obras como Retratos animales, resulta muy sencillo sumarse a esa opinión.

De entrada, el libro impacta por su propuesta gráfica, basada en fotografías de animales presentados como personajes humanizados. Así, a medida que pasa las páginas, el lector recorre una extensa galería de retratos por la que desfila el más variopinto abanico de personalidades: desde verdaderos gentlemen como Edwin el tití emperador hasta jóvenes de espíritu rockero como Nayna la guepardo. La calidad de las fotografías, así como el singular tratamiento que se hace de ellas mediante complementos de vestuario humano, conforman un original proyecto artístico que por sí solo podría sostener un libro. No obstante, el volumen también sobresale por la cuidadosa selección de información, así como por la variedad de esta, lo que no hace sino diversificar el tipo de aprendizajes ofrecidos. Aquí, el lector accede a conocimientos científicos sobre, por ejemplo, la enorme capacidad de memoria de los mapaches. Allí, aprende curiosidades como que las jirafas son “los únicos vertebrados a los que nunca se ha visto bostezar”. Más allá, toma conciencia de cómo nuestro estilo de vida amenaza a ciertas especies, como los riesgos que para el buitre leonado supone la proliferación del tráfico aéreo.

Los aspectos de diseño también colaboran en el atractivo de la obra. Destaca el uso que se hace del formato de la doble página, basado tanto en el contraste entre la imagen, a la izquierda, y la información, a la derecha, como en el perfecto equilibrio entre texto escrito e infografías, en la página informativa. O bien la opción de utilizar una gradación cromática en el fondo de los retratos, como forma de dotar de continuidad a la lectura y de otorgar una visión de conjunto del volumen.

Todos esos recursos hacen que la lectura de Retratos animales sea, a la vez, una deliciosa experiencia estética, una interesante fuente de conocimientos y una convincente llamada de atención sobre muchas especies actualmente amenazadas.

Felipe Munita