Rosa Blanca se publicó en castellano en 1987 en la editorial Lóguez, pero se edita ahora por primera vez en catalán. Se trata del álbum clásico por excelencia de la memoria histórica del holocausto. Los hechos aparecen desde la perspectiva de una niña alemana, a partir de las siempre documentadas imágenes de Roberto Innocenti y de una historia simple, poética y bien medida. El devenir cotidiano de la guerra tiene una meta concreta el día que Rosa Blanca ve a un niño escapándose de un camión, hasta que el alcalde del pueblo, con el símbolo nazi en el brazo, lo agarra y lo devuelve a los soldados. Intrigada, la niña les sigue y descubre el campo de exterminio en una imagen muy impactante. Les llevará comida a escondidas hasta el final de la guerra, un final del que ella misma será víctima, en una delicada elipsis de la obra que abandona sus tonos terrosos para adoptar por primera vez el verde en se voluntad de adscribirse a la primavera y la esperanza que renacen. Rosa Blanca se llama así en honor a la denominación un grupo cristiano de la resistencia alemana. El grupo existió durante poco más de un año en la Segunda Guerra Mundial, antes de que varios de sus miembros fueran ejecutados por los nazis. Una obra combativa protagonizada por una niña valiente y compasiva que nos acompaña en este mes de marzo de celebración de la mujer. Un libro cargado de premios, un libro para siempre. Si no lo tenéis, no os lo perdáis.

Teresa Colomer