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Tristán encoge

Heide, Florence Parry

Il·lustracions:

Edward Gorey

Traductors:

Manuel Broncano

Editorial: Blackie Books
Any: 2017
ISBN: 9788417059224
Edat: (8-10)

Celebramos la reedición de Tristán encoge, una genial historia aparecida en 1971 y traducida al castellano en 1982 por la editorial Alfaguara. La edición de Blackie Books trata la obra como todo un clásico, con notas sobre la autora y su famoso ilustrador, así como el añadido de un prólogo del cineasta David Trueba y la faja que rodea el libro declarando que fue su libro de infancia. No lo dudamos, porque la historia de este niño que se encoge en medio de la indiferencia cordial del entorno es tan sobrecogedora como divertida y cuenta con las ilustraciones de Gorey como parte inseparable de la huella que deja en el lector.

El primer acierto que queremos señalar se refiere a su construcción narrativa: se trata de un reloj bien engrasado en el que todas las piezas van encajando y todos los detalles tomando sentido, como el texto de los ofertas de la caja de cereales que Tristán lee despreocupadamente al inicio y que resulta ser clave para entender lo que ha ocurrido. Son detalles muy cercanos a la experiencia infantil que llaman a la identificación y la empatía del lector, porque ¿qué niño no ha visto, por ejemplo, que los zapatos o mangas de pronto no se ajustan a su medida?.

El segundo acierto es la sustancia misma que configura la obra: un humor que la empapa al menos en tres sentidos distintos: la imagen tópica de los hilarantes personajes (la madre preocupada por las tareas del hogar, con un reparto tradicional de la culpabilización, la racionalidad y la autoridad entre el matrimonio, la maestra y el director de la escuela argumentando desde sus estereotipos pedagógicos y jerárquicos, la secretaria haciéndolo desde la burocracia eficiente, etc.); la ridiculización de las actuaciones adultas desde el punto de vista «objetivo» del niño, en la línea de El pequeño Nicolás; y un lenguaje lleno de equívocos y razonamientos lógicos a partir del absurdo de la situación, como en el memorable diálogo con el conductor del autobús escolar.

El tercer mérito se refiere al fondo de la cuestión tratada. En un mundo confortable y acomodada, pero sin relaciones auténticas, Tristán no sólo vive en soledad, sino que acepta la situación con toda naturalidad, desarrolla una cierta autosuficiencia para sobrevivir en el conflicto, con recursos muy bien pensados, y vive refugiado en los juegos y el televisor. Como nos recuerda Peter Pan crecer es un problema común a todos los niños, incluso puede serlo el miedo a hacerlo, así como la fantasía de impedirlo. El final aquí es tan divertido como desoladoramente pesimista.

Teresa Colomer